La tarde de ayer en la Bebeteca ha estado dedicado a los cuentos tradicionales: Caperucita Roja y Los Tres Cerditos.
Nuestra amiga Luna nos deleitó con su narración de estos dos cuentos, que vimos proyectados con una " linterna mágica"....
No tenemos fotos de los momentos en los que estábamos contando los cuentos, por motivos obvios, pero os dejamos las fotos de los momentos posteriores, donde, con ayuda de los mayores coloreamos a nuestro amigo el Lobo...
Algunas reflexiones en torno a los cuentos tradicionales:
El
cuento tradicional es una narración breve, de autor anónimo, que refiere
acontecimientos ficticios. Pero, además,
por pertenecer a la tradición oral,
el cuento perdura a través de algunas variantes.
Es decir, cada vez que se relata un cuento en forma oral o escrita, se produce
una versión de él, diferente de otra anterior
El mundo de los
cuentos transmitidos oralmente es fascinante para los niños. Son capaces de
escuchar el mismo cuento una y otra vez. Estos cuentos deben ser transmitidos a
los niños contándoselos; siempre es
preferible contarlo que leerlo.
Estos cuentos
aportan mensajes al consciente y al inconsciente, liberándolos de sus pulsiones
y ofreciendo a la imaginación del niño nuevas dimensiones a las que sería
imposible llegar por si solo. Los cuentos tratan de los grandes problemas y
angustias de los niños, ofreciéndoles soluciones que están al alcance del nivel
de comprensión de éstos.
Los cuentos en general, son un instrumento magnífico para el
aprendizaje de valores, pues los niños se involucran fácilmente con los
personajes de las historias, entienden su vocabulario, tienen problemas comunes
y pueden aprender a resolverlos como hace el protagonista de ese relato que le
lees cada noche.: Tolerancia, colaboración, esfuerzo, sinceridad, prudencia,
paciencia, amor
Además
el cuento es un agente motivador que despierta gran interés en los niños
permitiéndoles convertir lo fantástico en real, identificar personajes, dar
rienda a su fantasia, a su imaginnacion y a su creatividad, además de suavizar
tensiones y resolver conflictos. Al identificarse con los protagonistas de los
cuentos, los niños están mejor dotados para comprender sus propias dificultades
En esta reflexión destacar , en primer lugar, el valor de la
oralidad de los cuentos tradicionales. Una de las riquezas de estos cuentos es
la tradición oral que ha habido de generación en generación. Contar cuentos tradicionales
es recordar la memoria de todos los abuelos, las abuelas, madres, padres… que
con sus voces han ido generando una memoria colectiva que, aún sin saberlo, nos
está alimentando. La oratoria es un arte poco valorado, poco desarrollado.
Transmitir oralmente requiere capacidad de convocación, capacidad de vibrar con lo que relatas y hacer vibrar a un público. Es un acto revolucionario, transformador. Escuchar cuentos tradicionales es sentir el calor de hogar, de la hoguera, de la transformación… y ello es posible por la enorme riqueza simbólica que esconden tras de sí.
Transmitir oralmente requiere capacidad de convocación, capacidad de vibrar con lo que relatas y hacer vibrar a un público. Es un acto revolucionario, transformador. Escuchar cuentos tradicionales es sentir el calor de hogar, de la hoguera, de la transformación… y ello es posible por la enorme riqueza simbólica que esconden tras de sí.
Además de lo expuesto, los cuentos tradicionales son un instrumento magnífico para el
aprendizaje de valores, pues los niños se involucran fácilmente con los
personajes de las historias, entienden su vocabulario, tienen problemas comunes
y pueden aprender a resolverlos como hace el protagonista de ese relato que se les
lee cada noche: La generosidad de Robin Hood, la capacidad para esforzarse de Los tres cerditos, la paciencia de Cenicienta… Los cuentos infantiles encierran muchos valores que los niños interiorizarán fácilmente y sin esfuerzo.
Señalar a modo de ejemplo algunos de
los valores presentes en este tipo de literatura infantil:
-
Tolerancia. Enseñarla en una sociedad multicultural como la nuestra es
fundamental. El patito feo representa muchos de los
prejuicios que la gente tiene contra los que son diferentes . Dumbo y cómo se gana el respeto de todos con
trabajo y esfuerzo
- Colaboración.. Hansel y Gretel lograron derrotar a la bruja trabajando juntos y en El Mago de Oz sus protagonistas han de ayudarse para lograr lo que desean.
-
Esfuerzo. Es el valor más difícil de interiorizar para los pequeños, que
suelen preferir actividades y recompensas a corto plazo. El cuento de Los tres
cerditos o la fábula de La cigarra y la hormiga
les mostrarán lo que se puede conseguir siendo trabajador.
-
Sinceridad. Hasta los seis u ocho años un niño no es capaz de distinguir
claramente la verdad de la mentira y usarla en beneficio propio. Pinocho
y el protagonista de Pedro y el lobo sufrieron continuas desgracias
por culpa de las mentiras que contaban. Con Pinocho también aprenderá el
perdón, la responsabilidad o la importancia de obedecer a la voz de la
conciencia.
-
Paciencia. Los niños son impacientes por naturaleza. Quizá por eso les guste
tanto la historia de Cenicienta, una
pobre muchacha que gracias a su paciencia y a saber esperar logra casarse con
su príncipe azul. El genio de Aladino
también supo esperar hasta dar con un amo que lo liberase, y lo encontró.
-
Amor. Aunque los niños sienten un amor incondicional por sus padres y
familiares, los dos cuentos infantiles románticos por excelencia, El soldadito
de plomo y La Bella y la Bestia, le enseñarán que también
se puede amar sin medidas a alguien que no es de tu familia.
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